Edición nº 19

Fragmentos de un diario inexistente  |  Cuento - Historias de la sabiduría zen
Reflexiones del Guerrero de la Luz

Fragmentos de un diario inexistente

Vuelo de Belgrado a Barcelona

     En el diario, un texto que recorto y coloco en el maletín. El autor es W.Timothy Gallway:
     "Quando plantamos un rosal, notamos que permanece mucho tiempo en el seno de la tierra, pero nadie osa criticarlo, diciendo "tú no tienes raices profundas" o "falta entusiasmo en tu relación con el campo". Al contrario, lo tratamos con paciencia, agua y abono.
     Cuando la semilla se transforma en muda, no pasa por la cabeza de nadie condenarla como frágil, inmadura, incapaz de brindarnos inmediatamente las rosas que estamos esperando. Al contrario: nos maravillamos con el proceso de nacimiento de las hojas, seguido de los botones, y el día en que las flores aparecen nuestro corazón se llena de alegría.
     Sin embargo, la rosa es la rosa desde el momento en que colocamos la semilla en la tierra hasta el instante en que, pasado su período de esplendor, termina marchitándose y muriendo. En cada estadio que atraviesa - simiente, brote, botón, flor - expresa lo mejor de sí.
     También nosotros, en nuestro crecimiento y constante mutación, pasamos por varios estadios: vamos a aprender a reconocerlos, antes de criticar la lentitud de nuestros cambios".

Brissac, Francia

     Durante mi estadía en el castillo alquilado por una revista brasileña, un periodista de la región viene a entrevistarme. En el curso de la conversación, presenciada por otras personas, indaga:
     -¿Cual fue la mejor pregunta que ya le hizo un reportero?
     ¿Mejor pregunta? Creo que ya me han hecho TODAS las preguntas, menos la que él acaba de hacerme. Le pido tiempo para pensar, reviso las muchas cosas que yo quería decir y que ellos nunca quisieron saber. Pero al final, confieso:
     - Creo que ha sido exactamente esta. Ya me hicieron preguntas que rehusé comentar, otras que me permitieron hablar sobre temas interesantes, pero esta es la única que no tengo como responder con sinceridad.
     El periodista anota mi respuesta y dice:
     - Le voy a contar una historia interesante: una vez fui a entrevistar a Jean Cocteau. Su casa era un verdadero aglomerado de bibelots, cuadros, dibujos de artistas famosos, libros... Concteau guardaba todo y sentía un profundo amor por cada una de aquellas cosas. Fue entonces que en medio de la entrevista me decidí a preguntarle: "Si ahora esta casa se incendiara y usted solo pudiera llevarse una sola cosa al escapar, ¿qué eligiría?"
     ¿Y qué es lo que Cocteau respondió? Pregunta Alvaro Teixeiram responsable del castillo donde nos hallamos, y gran estudioso de la vida del artista francés.
     Cocteau respondió: "Yo llevaría el fuego".
     Y allí nos quedamos todos en silencio, aplaudiendo en lo íntimo de nuestros corazones la brillantez de esa respuesta.

 
Edición nº19