Edición nº 17
La segunda
oportunidad | Cuento
- El jarro resquebrajado
Reflexiones del Guerrero de la Luz
Dando valor al compañero
Un guerrero sabe que sus mejores
maestros son las personas con quienes divide el campo de batalla.
Es peligroso pedir un consejo. Es
mucho más arriesgado dar un consejo. Cuando él necesita
ayuda, procura ver como sus amigos resuelven - o no resuelven -
sus problemas.
Si está en busca de inspiración,
lee en los labios de su vecino las palabras que su angel de la guarda
quiere decirle.
Cuando está cansado o se siente
solo, no sueña con hombres y mujeres distantes; se dirije
a quien está a su lado, y divide su dolor o su necesidad
de cariño, con placer y sin culpa.
Un guerrero sabe que la estrella más
distante del universo se manifiesta en el mundo a su alrededor.
Sabiendo pedir ayuda
Un guerrero, cuando sufre una injusticia,
generalmente procura quedarse solo, para no mostrar su dolor a los
otros.
Es una conducta buena y mala al mismo
tiempo.
Una cosa es dejar que su corazón
cure lentamente las propias heridas. Otra cosa es quedarse todo
el día en una meditación profunda, con miedo a parecer
débil.
Dentro de cada uno de nosotros existe
un ángel y un demonio, y sus voces son muy parecidas. Ante
las dificultades, el demonio alimenta esta conversación solitaria,
procurando mostrarnos cuan vulnerables somos. El ángel nos
hace reflexionar sobre nuestras actitudes, y a veces necesita la
boca de alguien para manifestarse.
Un guerrero equilibra soledad y dependencia
a la ayuda de los otros.