Edición nº 17
La segunda
oportunidad | Cuento
- El jarro resquebrajado
Reflexiones
del Guerrero de la Luz
Cuenta la leyenda india que un hombre
transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes
vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que
colocaba atravesado sobre sus espaldas.
Una de las vasijas era más
vieja que la otra, y tenía pequeñas rajaduras; cada
vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad
del agua se perdía.
Durante dos años el hombre
hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre
muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad
de que estaba a la altura de la misión para la cual había
sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza
por cumplir apenas la mitad de su tarea, aún sabiendo que
aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.
Estaba tan avergonzada que un día,
mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió
hablar con él:
- Quiero pedirte disculpas ya que,
debido a mi largo uso, solo consigues entregar la mitad de mi carga,
y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.
El hombre sonrió y le dijo:
-Cuando regresemos, por favor observa
cuidadosamente el camino.
Así lo hizo. Y la vasija notó
que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y
plantas.
-¿Ves como la naturaleza es
más bella en el lado que tú recorres? comentó
el hombre. - Siempre supe que tú tenías rajaduras,
y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas,
flores y legumbres, y tú las has regado siempre. Ya recogí
muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con
lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo
podría haberlo hecho?
"Todos nosotros, en algún
momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre
posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener
un buen resultado."