Edición nº 11

Sobre la caridad amenazada  |  Cuento - Como se abrió el camino
Reflexiones del Guerrero de la Luz

Sobre la caridad amenazada
     Un tiempo atrás, mi mujer ayudó a un turista suizo en la zona de Ipanema, que decía haber sido víctima de ladronzuelos. Hablando un pésimo portugués con acento extranjero, afirmó estar sin pasaporte, dinero o lugar para dormir.
     Mi mujer le pagó un almuerzo y le dio el dinero necesario para que pudiera pasar la noche en un hotel hasta ponerse en contacto con su embajada, y se fue. Días después, un diario de la ciudad informaba que el tal "turista suizo" era en realidad un sinverguenza muy creativo, que fingía un acento extranjero y abusaba de la buena fe de las personas que aman a Rio de Janeiro y desean deshacer la imagen negativa - justa o injusta - que ha adquirido nuestra tarjeta postal.
     Al leer la noticia mi mujer se limitó a comentar: "eso no me impedirá seguir ayudando a quien pueda".
     Su comentario me recordó la historia del sabio que, cierta tarde, llegó a la ciudad de Akbar. La gente no dió mucha imporancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad.
     Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.
     Uno de los hombres comentó:
     - ¿Es posible que además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horrribles y usted nos responde con bellas palabras!
     - Cada uno de nosotros solo puede ofrecer lo que tiene - fue la respuesta del sabio.
 
Edición nº11