Edición nº 01
Diálogo
con el maestro - sexo | Cuento
- Pagando tres veces lo mismo
Reflexiones
del Guerrero de la Luz
Cuenta una leyenda de la región
del Punjab que un ladrón entró en una hacienda y robó
doscientas cebollas. Antes de que pudiera huir, el dueño
del lugar lo capturó y lo llevó ante el juez.
El magistrado pronunció la
sentencia: pagar diez monedas de oro. Pero el hombre alegó
que era una multa demasiado alta y el juez, entonces, resolvió
ofrecerle otras dos alternativas: recibir veinte latigazos o comerse
las doscientas cebollas.
El ladrón eligió comerse
las doscientas cebollas. Pero cuando llegó a la vigésimo
quinta, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y el estómago
le quemaba como el fuego del infierno. Como aún le faltaban
175 y se dio cuenta de que no aguantaría el castigo, pidió
para recibir los veinte latigazos.
El juez aceptó. Cuando el látigo
golpeó su espalda por décima vez, él imploró
que parasen de castigarlo, porque no soportaba el dolor. El pedido
fue obedecido, pero el ladrón tuvo que pagar las diez monedas
de oro.
- Si hubieras aceptado la multa, te
habrías evitado comer las cebollas y no habrías sufrido
con el látigo - le dijo el juez. - Pero preferiste el camino
más difícil sin entender que, cuando se hace algo
mal, es mejor pagar enseguida y olvidar el asunto.