Edición nº 62
Cartas de amor | Trechos de "El Profeta"
Kahlil Gibran (1883-1931), nacido en el Líbano, será recordado por su clásico "El Profeta" que, sesenta años después de su publicación continúa en la lista de los libros más vendidos de diversos países. En 1995, una amiga libanesa me dió un libro que contiene la correspondencia amorosa de Gibran con Mary Haskell, una americana diez años mayor que él. Al leerlo, descubrí a un hombre complejo y fascinante, lo que me impulsó a seleccionar algunos textos para la publicación ("Cartas de Amor del Profeta" ed. Ediouro). Todo indica que Mary, a pesar de ser una gran amiga, jamás aceptó otra relación más allá de un amor platónico. ¡Leyendo las cartas de Gibran, se hace difícil entender como se pudo resistir!
Aquí van algunos fragmentos:
10/3/1912
Mary, mi adorada Mary, ¿cómo puedes pensar que me
estás dando más sufrimiento que alegrías? Nadie
sabe bien cuál es la frontera entre el dolor y el placer:
muchas veces pienso que es imposible separarlos. Tú me das
tanta alegría que llega a doler, y me causas tanto dolor
que llego a sonreir.
24/5/1914
Piensa, mi adorada, si estuviéramos caminando por un bello
campo en un lindo día y, de repente, una tempestad cayera
sobre nuestras cabezas.¡Qué maravilla! ¿Existe
mayor emoción que ver los elementos produciendo fuerza y
energía salvaje? Vamos a los campos, Mary, a buscar lo inesperado.
8/7/1914
Siempre pensé que cuando alguien
nos entiende, termina por escla-vizarnos, ya que aceptamos cualquier
cosa para ser comprendidos. Sin embargo, tu comprensión me
trajo la paz y la libertad más profundas que haya experimentado
jamás. Durante las dos horas de tu visita, descubriste un
punto negro en mi corazón, lo tocaste y él desapareció
para siempre, haciendo que yo divisara mi propia luz.
18/4/1915
Los dos días que pasamos juntos
fueron magníficos. Cuando hablamos sobre el pasado, siempre
tornamos más real el presente y el futuro. Durante muchos
años tuve pavor de mirar aquello que viví y sufrí
en silencio. Hoy entendí que el silencio nos hace sufrir
más profundamente.
Pero tú me haces conversar,
y yo descubro las cosas empolvadas que se escondían en mi
alma, y entonces puedo arrancarlas de allí.
17/7/1915
Ambos estamos procurando tocar los límites de nuestra existencia.
Los grandes poetas del pasado siempre se entregaban a la Vida. No
buscaban una cosa determinada, ni intentaban desvelar secretos:
simplemente permitían que sus almas fueran arrebatadas por
las emociones. Las personas están siempre buscando se-guridad,
y a veces la consiguen: pero la seguridad es un fin en sí,
y la Vida no tiene fin.
Tu carta, Mary, es la más bella expresión de vida
que jamás recibí. Poetas no son aquellos que escriben
poesía, sino todos aquellos que tienen el corazón
lleno del espíritu sagrado del Amor.
10/5/1916
Querida Mary: te envío una parábola que terminé.
He escrito poco, y solamente en árabe. Pero me gustaría
oir tus correcciones y sugerencias sobre este trecho:
En la sombra de un templo, mi amigo señaló a un
ciego. Mi amigo dijo: "Este hombre es un sabio".
Nos aproximamos y pregunté: "¿Desde cuando
es usted ciego?"
"Desde que nací"
"Yo soy astrónomo", comenté.
"Yo también respondió el ciego. Y, colocando
la mano sobre su pecho, dijo: "Paso la vida observando los
muchos soles y estrellas que se mueven dentro de mí".