Edición nº 56

Acerca del autor y su compromiso  |  Explicando a Dios

Explicando a Dios

     No sirve de nada pedir explicaciones sobre Dios; se pueden escuchar palabras bonitas, pero, en el fondo, son frases vacías. De la misma manera que se puede tener toda una enciclopedia sobre el amor y no saber amar.
     Nadie jamás conseguirá probar que Dios existe, o que no existe. Existen ciertas cosas en la vida que fueron hechas para ser experimentadas, jamás explicadas.
     El amor es una de estas cosas. Dios - que es amor - es otra. La fe es una experiencia infantil - en aquel sentido mágico que Jesús nos enseñó: "de los niños será el Reino de los Cielos".

     A continuación, tres historias árabes sobre la inocencia de la búsqueda:

Comenzando por el principio

     Un hombre preguntó a al-Husayn:
     - ¿Qué debo hacer para estar más cerca de Dios?
     - Cuéntale un secreto. Y no dejes que nadie en este mundo sepa cual es ese secreto. Así establecerás un vínculo de confianza con la Divinidad.

     Pero el hombre continuó:
     -¿Sólo ésto me ayudará a acercarme?
     - Establece una relación firme al comienzo de tu jornada espiritual. Reza. También es importante tener fuerza de voluntad. Y si fuera posible disfrutar de un poco de soledad, tanto mejor.
     - ¿Pero cómo llegar al estadio ideal de comunicación con Él?
     - Ya te he explicado todo lo que necesitabas - dijo al-Husayn - pero tú quieres llegar al final antes de empezar, y esto no es posible.

Amar sin miedo

     Un peregrino llegó hasta la aldea donde vivía Abu Yazid al-Bistrami.
     - ¡Enséñeme la manera más rápida de llegar hasta Dios!
     Al-Bistrami respondió:
     -Ámalo con todas tus fuerzas.
     - Ésto yo ya lo hago.
     - Entonces necesitas ser amado por otros.
     - ¿Pero por qué?
     - Porque Dios mira el corazón de todos los hombres. Cuando visite el tuyo, seguramente verá tu amor por Él y se pondrá contento. Sin embargo, si Él encuentra también tu nombre escrito con cariño en el corazón de otras personas, con certeza pondrá mucha más atención en tí.

Queriendo acortar el camino

     - ¿Por qué usted nos hace perder tiempo buscando a Dios cuando ya lo conoce tan bien? - preguntó un discípulo de Hassan de Basra. - Podría contarnos como es Él.
     - Sí - respondió Hasan de Basra. - Pero sucede que esta tarde yo estaba delante de un pantano cuando me fijé en un hombre que se preparaba para atravesarlo. Grité: "¡Cuidado, porque puedes resbalar en una piedra y mojarte todo!".
     El hombre me respondió: "Si esto sucede, yo seré el único que me ensuciaré. En cambio, Hasan, si tú te resbalas y caes en tu camino, todos tus discípulos resbalarán y se caerán contigo".
     A partir de este momento, comprendí. Dios es un desafío individual, cada persona es responsable por su búsqueda. Un maestro puede compartir su experiencia, pero nunca sus resultados."

 
Edición nº56