Edición nº 46
Diálogos con el Maestro
La tragedia
| El lenguaje de las señales
(Continúo reproduciendo aquí algunos fragmentos de conversaciones con mi maestro, mantenidas entre 1982 y 1986)
-¿Qué es el lenguaje
de las señales?
-Todo hombre tiene una manera personal
de comunicarse con Dios y con su propia alma.
-Entonces, ¿el hombre no necesita
la religión?
-Las religiones son muy importantes,
porque nos permiten adorar en forma colectiva y compartir los mismos
misterios. Pero la búsqueda espiritual es la responsabilidad
de cada uno: si te apartas de tu camino, no servirá de nada
estar culpando al cura, al imán, al rabino o al pastor -
la responsabilidad es tuya. Por eso existe un alfabeto que tu alma
entiende, y que va mostrando las mejores decisiones en tu camino.
-¿Cómo aprender este
lenguaje?
-Como cualquier otro. Primero, con
disciplina, para educarse a percibir la señal. Después,
con valor para practicar la lengua. Tercero, nunca tener miedo de
equivocarse mientras se practica.
-Lo que hace que muchas veces la gente
siga la señal equivocada
-Claro. Sólo así aprendemos
las señales correctas.
-¿Me podrías dar un
ejemplo de señal?
-No. El lenguaje es individual, como
dije antes. Si empezamos a generalizar las señales, se transforman
en superstición.
Muchos maestros ya cometieron el error
de usar sus señales para guiar a sus discípulos. Lo
que sucede es que cuando las personas comienzan su búsqueda
espiritual, entran en un mar desconocido y se sienten inseguras.
Entonces procuran asirse a la primera mano que les es tendida -
y al hacer eso, están dejando de lado la aventura, para volverse
esclavas de la mano que las guía.
-¿Cómo puedo tener la
seguridad de que estoy ante una señal verdadera?
- Nunca puedes. Pero, en general,
si empiezas a contemplar este mundo más allá de las
convenciones, verás que tu intuición empieza a conducirte
hacia la mejor elección, por más absurda que parezca.
Poco a poco, este lenguaje se incorpora a ti y aunque continúes
fallando de vez en cuando, ya estás en paz con tu alma y
tomas las decisiones correctas.
"Muchas veces la señal
es más práctica de lo que imaginamos y, a propósito
de eso, voy a contarte una historia:
"Un hombre soñó
cierta vez con un ángel, que le decía: mañana
empezará a llover y tu aldea será inundada, pero tú
te salvarás.
"Efectivamente, al día
siguiente empezó a llover. Un equipo de socorro visitó
casa por casa, evacuando a los habitantes, ya que había peligro
de inundación. Todos salieron menos aquel hombre, que decía
al miembro de Defensa Civil: "Soñé con un ángel
y él me dijo que me salvaría",
"Un día después,
el agua ya cubría la primera planta de las casas. Un segundo
equipo de socorro fue para intentar rescatar al hombre, que nuevamente
rehusó salir, alegando que había recibido la señal
de un ángel y que tenía que mostrar su fe al mundo.
"Al tercer día, la situación
ya era crítica, y el hombre estaba solo, encaramado al tejado
de la casa, mientras el agua subía sin parar. En un esfuerzo
desesperado, un equipo de rescate intentó una vez más
retirarlo de allí, pero nuevamente él se negó,
llamándoles demonios, gritando que querían obligarle
a negar la señal del ángel.
"Poco tiempo después el
agua cubrió el tejado y el hombre murió ahogado. Como
era muy buen cristiano, fue al Cielo y encontró a San Pedro,
que le invitó a entrar. El hombre rehusó, diciendo
que Dios le había engañado; le había enviado
un ángel diciendo que se salvaría cuando en verdad
había resultado el único habitante muerto de la aldea.
San Pedro le dijo que Dios no mentía,
y prometió volver con explicaciones. Entró en el Paraíso
y retornó media hora después, diciendo:
"Realmente Dios mandó
un ángel para avisarle que sería salvado. ¡Pero
me dice que usted rehusó, por tres veces, el socorro que
Él le envió bajo la forma de equipos de rescate!""