Edición nº 21
Diálogos con el maestro - El misterio
| Cuentos
- Dos historias sobre el futuro
Reflexiones
del Guerrero de la Luz
( Continúo reproduciendo algunos trechos de conversaciones con mi maestro mantenidas entre 1982 y 1990).
- ¿Qué es lo que estamos
haciendo en esta tierra? - ¿Sinceramente? No lo sé.
Ya busqué en muchos rincones, en lugares iluminados y en
lugares oscuros, y hoy estoy convencido de que nadie lo sabe - solamente
Dios.
- No es una buena respuesta para un
maestro.
- Es una respuesta honesta. Conozco
a mucha gente que te explicará con detalles la razón
de la existencia. No los creas, son personas que continúan
atadas al antiguo lenguaje y solo creen en las cosas que tienen
explicación.
- ¿Quieres decir que no hay
una razón para vivir?
- No has entendido lo que estoy diciendo.
Yo dije que no sé la razón. Pero claro que existe
un motivo para estar aquí, y Dios lo conoce.
- ¿ Y por qué no nos
lo revela?
- Nos lo revela a cada uno de nosotros,
pero a traves de un lenguaje que a veces no aceptamos porque no
es lógico, y estamos demasiado acostumbrados a recetas y
fórmulas.
Nuestro corazón sabe porqué
estamos aquí. Aquel que escucha a su corazón, sigue
sus señales y vive su Leyenda Personal entenderá que
está participando en algo, aun cuando no lo comprenda racionalmente.
Dice la tradición que un segundo antes de nuestra muerte
nos damos cuenta de la verdadera razón de la existencia.
Y en este momento nacen el Infierno y el Paraíso.
- No lo entiendo.
- El Infierno es, en esa fracción
de segundo, mirar hacia atrás y saber que hemos desperdiciado
una oportunidad de honrar a Dios y dignificar el milagro de la vida.
El Paraíso es poder decir, en este momento: "Cometí
algunos errores pero no fui cobarde: viví mi vida, e hice
lo que debía hacer", Tanto el Infierno como el Paraíso
nos acompañarán por mucho tiempo, pero no para siempre.
- ¿Cómo puedo saber
si estoy viviendo mi vida?
- Porque, en vez de amargura, sientes
entusiasmo. Esa es la única diferencia. Por otra parte, hay
que respetar el Misterio y aceptar con humildad que Dios tiene un
plan para nosotros. Un plan generoso, que nos conduce hacia su presencia
y que justifica estos millones de estrellas, planetas, agujeros
negros etc. que estamos viendo esta noche, aquí en Oslo (estábamos
en Noruega).
- Es muy difícil vivir sin
una explicación.
- ¿Acaso puedes explicar por
qué el hombre necesita dar y recibir amor? No. Y tú
vives con eso, ¿o no?. Y no solo vives con eso, sino que
el amor es lo más importante de la vida. Y sin embargo no
existe ninguna explicación.
"De la misma forma, tampoco hay
explicación para la vida. Pero existe una razón para
nuestra estancia aquí, y tienes que ser lo suficientemente
humilde como para aceptar eso. Confía en mis palabras: la
vida de cada uno de los seres humanos tiene un sentido, aun cuando
él cometa el error de pasar gran parte de su tiempo en la
Tierra buscando una respuesta, mientras se olvida de vivir.
Puedo darte un ejemplo de una época
en la que estuve cerca de entender todo eso. Yo había asistido
a la fiesta de conmemoración de los 50 años de mi
graduación como bachiller. Allí, en la escuela donde
estudié cuando era un adolescente, encontré a muchos
amigos. Bebimos e hicimos las mismas bromas que medio siglo atrás.
En un determinado momento, miré
hacia el patio del colegio. Entonces me ví siendo un niño,
jugando con ellos, encarando a la vida con sorpresa e intensidad.
Y de repente, aquel niño que fui pareció tomar forma
y se aproximó a mí.
Me miró a los ojos y sonrió.
Entonces entendí que yo no había traicionado mis sueños
de infancia. Que el niño que yo había sido un día,
aún estaba orgiulloso de mi. Que la misma razón que
yo tenía para vivir entonces continuaba viva en mi corazón.
Procura vivir con la misma intensidad
que un niño. Él no pide explicaciones, se sumerge
en cada día como si fuese una aventura diferente y, por la
noche, duerme cansado y feliz."
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