Edición nº 13
La importancia
del gato en la meditación | Reflexiones
del Guerrero de la Luz
Sobre la ingratitud
El guerrero de la luz sabe que
nadie es tonto, y que la vida enseña a todos, aun cuando
tarde algún tiempo.
Entonces él trata a su prójimo de acuerdo con sus
cualidades, y procura mostrar a todos de cuanto es capaz cada uno.
Algunos compañeros comentan: "existen personas ingratas".
El guerrero no se deja impresionar por esto. Y continúa estimulando
a los otros, porque es una manera de esimularse a sí mismo.
En busca de afecto
Un guerrero de la luz necesita
amor. El afecto y el cariño forman parte de su naturaleza,
tanto como el comer o el beber o el gusto por el Buen Combate.
Cuando el guerrero no se siente feliz
ante una puesta de sol es que algo anda mal.
En ese momento, el guerrero interrumpe
el combate y va en busca de compañía, para contemplar
juntos el atardecer.
Si tiene dificultades en encontrarla
se pregunta a sí mismo ¿tuve miedo de aproximarme
a alguien? ¿Recibí afecto y no lo percibí?
Un guerrero de la luz usa la soledad,
pero no es usado por ella.
Ante el desánimo
Un guerrero de la luz a veces
se desanima.
Considera que nada tiene la emoción
que él esperaba despertar. Muchas tardes y noches es obligado
a quedarse manteniendo una posición conquistada sin que ningún
acontecimiento nuevo venga a devolverle el entusiasmo.
Sus amigos comentan: "tal vez
su lucha ya haya terminado".
El guerrero siente dolor y confusión
al escuchar estos comentarios porque sabe que no llegó a
donde quería. Pero es obstinado, y no abandona lo que decidió
hacer.
Entonces, cuando menos lo espera,
una nueva puerta se abre.