Edición nº 61
Cambio
| Cambiando
de actitud
Proverbios de los Pirineos
Cada año paso por lo menos tres meses en una ciudad francesa cerca de Tarbes, contemplando la cadena de montañas de los Pirineos. Recientemente decidí recoger algunos provebios de la región, que aquí reproduzco junto con el nombre de quienes me los dijeron:
Cada vez que muere un viejo africano, es como si una biblioteca entera se incendiara (anónimo, recogido por Malika).
Todo el mundo quiere conocer el Paraíso, pero nadie quiere morir (Nam).
Las mujeres son como los continentes: a los 20 años son como América, todos sueñan con conocerla y los que lo consiguen dificilmente se desilusionan. A los 30 años son como Europa, sabias y llenas de madurez. A los 40 años son como Asia, envueltas en promesas y misterio. A los 50 años son como África, que todo el mundo sabe donde está pero nadie tiene interés en visitarla (Alain Niah-Kyn, en uno de los proverbos más políticamente incorrectos que jamás conocí).
Aunque odies a las liebres, debes reconocer que corren muy rápido
(Antoine Lux)
Si dos cocineros cuidan de la misma sopa, terminará muy
salada o sin ninguna sal (Daniel Labardere)
Aquel que vive diciendo "Yo no doy importancia a eso" terminará descubriendo la frase "¡Ah!, si yo hubiese sabido..." (Allen Tannu)
La vida es como andar en bicicleta: sólo caemos cuando paramos de pedalear (Frederic Bonomelli)
La Historia no está hecha de aquello que recordamos, sino de aquello que no queremos olvidar (Jacques Lafitte)
Sólo el cabrito muerto no teme al puñal (anónimo)
Aquellos que no saben por qué aman, son aquellos que realmente
saben amar (Sylvie Pinta)
Si nunca te atreviste a cruzar un río, no te rías
de aquellos que se mojaron intentándolo (un viejo en Argelés-Gazot)
No porque el tigre esté flaco pasaremos a llamarlo gato (Geneviève P.)
Cuando te golpeas sin querer con una piedra, la culpa no es de ella, sino de tu pie, que no sabe donde está pisando (Lois Bonomelli)
En el momento de nacer recibimos un pasaporte, un pasaje y un visado para visitar el país de la Muerte (Didier Faure)
El perro tiene cuatro patas, pero todas están obligadas a seguir el mismo camino (Jacques, del café Monocle)
Sólo entienden las bendiciones del Paraiso aquellos que ya conocieron el Infierno (Guillaume, citando un proverbio árabe después de contarme como intentó suicidarse por causa de un amor)
El avaro guarda todo su dinero para tres personas que él detesta: el futuro esposo de su mujer, su yerno y su nuera (Malika, citando un proverbio de Túnez)
Los jovenes andan en grupo, el adulto en pareja, y los viejos andan solos (del mismo viejo en Argelés-Gazost)
Justamente cuando yo descubrí todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas (placa en un café en la ciudad de Ger).