Edición nº 60

Reflexiones del Guerrero de la Luz en el 2004

Reflexiones del Guerrero de la Luz en el 2004

     Carlos Castañeda dice "el gran poder del ser humano está en su capacidad de tomar decisiones". Cada decisión que tomamos nos pemite modificar el futuro y el pasado.
     Escoger significa: "yo me comprometo". Cuando alguien hace una elección, debe recordar que el camino a ser recorrido será muy diferente del camino imaginado. Escoger significa: "bien, yo sé a dónde quiero llegar".
     Escoger también significa "tendré que abandonar una serie de cosas". Y con este compromiso el Guerrero de la Luz sigue adelante.

Escogiendo en paz

     El guerrero de la luz medita. Se sienta en un lugar tranquilo de su tienda y se entrega a la luz divina.
     Al hacer esto, procura no pensar en nada, se desliga de la búsqueda de placeres, de los desafíos de las revelaciones, y deja que sus dones y poderes desconocidos se manifiesten.
     Incluso aunque no lo perciba en el momento, estos dones y poderes se se están haciendo cargo de su vida e influirán en su actividad cotidiana.
     Mientras medita, el guerrero no es él, sino una centella del Alma del Mundo. Son estos momentos los que le permiten entender su responsabilidad y actuar de acuerdo con ella. Un guerrero de la luz sabe que en el silencio de su corazón existe un orden superior que le mostrará los pasos de su elección personal.

Escogiendo con confianza

     El guerrero de la luz siempre consigue equilibrar Rigor y Misericordia. Para alcanzar su sueño, precisa tener una voluntad firme y una inmensa capacidad de entrega.
     Aunque tenga un objetivo, no siempre el camino para alcanzarlo es el que imagina; por eso el guerrero usa la disciplina y la compasión. Dios jamás abandona a sus hijos, pero los designios de la Providencia son insondables.
     Así, para el guerrero de la luz no existe nada abstracto. Todo es concreto, y todo le merece respeto.
     Él no está sentado en la comodidad de su tienda, observando lo que sucede en el mundo, sino que acepta cada desafío como una oportunidad para transformarse a sí mismo.
     Algunos de sus compañeros pasan la vida criticando la falta de elección, o comentando las decisiones ajenas. El guerrero, sin embargo, transforma su pensamiento en acción.
     Algunas veces se equivoca, y paga - sin quejarse - el precio de su error. Otras veces se desvía del camino y pierde mucho tiempo volviendo al destino original.
     Pero un guerrero no se distrae, porque sabe lo que está buscando.

Escogiendo con decisión

     Un guerrero de la luz tiene las cualidades de una roca.
     Cuando está en terreno plano, todo su entorno se encuentra en armonía, y él se mantiene estable. Las personas pueden construir sus casas encima de lo que él creó, porque la tempestad no lo destruirá.
     Cuando, sin embargo, lo colocan en terreno inclinado, y nada a su alrededor demuestra respeto o equilibrio por su trabajo, él revela su fuerza, rodando en dirección al enemigo que amenaza su elección. Sin crueldad, pero con decisión, el guerrero no se deja paralizar por sus adversarios.
     Un guerrero de la luz piensa en el buen combate y en la paz al mismo tiempo, y sabe actuar de acuerdo con las circunstancias.

El futuro transformándose en presente

     De ahora en adelante, y por algunos centenares de años, el Universo va a ayudar a los guerreros de la luz, y boicoteará a los presuntuosos.
     La energía de la Tierra necesita ser renovada.
     Las ideas nuevas necesitan espacio.
     El cuerpo y el alma necesitan nuevos desafíos.
     El futuro se ha hecho presente, y todos los sueños - excepto los que involucran prejuicios - tendrán oportunidad de manifestarse.
     Lo que sea importante, permanecerá; lo que sea inútil, desaparecerá. Por eso, cuando ve a mucha gente opinando sobre cómo debe actuar o comportarse, el guerrero ignora cualquier crítica, entendiendo que su misión en la Tierra no le da tiempo de andar explicando todas sus acciones.
     Evita también manifestarse sobre la conducta ajena; para tener fe en su propio camino no necesita probar que el camino del otro está equivocado. Quien así actúa, no confía en sus propios pasos.

Combatiendo la injusticia

     Dice T.H. Huxley:
     "Las consecuencias de nuestras acciones son espantajos para los cobardes y rayos de luz para los sabios. El mundo es un tablero de ajedrez. Las piezas son los gestos de nuestra vida diaria; las reglas son las llamadas leyes de la naturaleza".
     A pesar de estar concentrado en aquello que hace, el guerrero de la luz no permanece indiferente ante la injusticia. Sabe que todo es una sola cosa, cada acción individual afecta a todos los hombres del planeta, y si ve a alguna persona siendo víctima de ataque cobardes, él usa su espada para poner las cosas en orden.
     Pero, aun cuando luche contra la opresión, en ningún momento piensa en juzgar al opresor. Cada uno responderá por sus actos ante Dios, y por eso, una vez cumplida su tarea, el guerrero no emite ningún comentario. Un guerrero de la luz está en el mundo para ayudar a sus hermanos y no para condenar a su prójimo.

Evitando el pesimismo

     Para ayudar a renovar la energía de la Tierra, es necesario tener conciencia de que el pesimismo contagia. El derrotismo contagia. La desesperanza contagia. Las personas que tienen sensibilidad suficiente para percibir auras (vibraciones energéticas que envuelven a los seres vivos) perciben que, antes de que la dolencia física penetre en el cuerpo, parte de la energía vital es drenada por el cerebro afligido y preocupado. Todo aquello que colocamos en el día de hoy, nos será devuelto de alguna manera - en un ciclo muy semejante a aquel que vemos en la naturaleza.

Aceptando algunos errores

     El filósofo alemán F. Nietzche dijo cierta vez: "no vale la pena vivir discutiendo sobre todo; forma parte de la naturaleza humana el errar de vez en cuando".
     Sin embargo, todos nosotros conocemos a personas que hacen absoluta cuestión de tener razón en los menores detalles. Nosotros mismos, muchas veces, nos incluímos en esta categoría: no nos permitimos errar. Todo lo que conseguimos con esta actitud es el terror a seguir adelante - porque ciertos pasos exigen decisiones nuevas, cuyos resultados desconocemos.
     El miedo a equivocarnos es la puerta que nos encierra en el castillo de la mediocridad; si conseguimos vencer ese miedo, estaremos dando un paso importante en dirección hacia nuestra libertad.

Y, sobre todo, teniendo coraje

     Para conseguir encarar de frente este nuevo momento de la huma-nidad, para permitir que las ideas nuevas tengan espacio y que la energía de la Tierra sea renovada, se necesita valor. Valor para enfrentar los prejuicios. Valor para ser justo. Valor para entender que todo aquello que hacemos afecta a la historia del mundo. Valor para dar pasos en dirección hacia lo desconocido, aun sabiendo que vamos a equivocarnos de vez en cuando.
     Dios ya hizo su parte cuando nos crió y nos colocó en el mundo. Ahora Él nos contempla con cariño y pide que hagamos la nuestra.

 
Edición nº60