Edición nº 39

Historias de árabes y judíos

Historias de árabes y judíos

     Aun cuando en permanente conflicto político, estas dos culturas nos legaron una sabiduría extraordinaria. A continuación, algunas de estas historias de luz:

La importancia de la alegría
     Al Husayn preguntó a Ibn Muhammad:
     - ¿Cree usted que el gran profeta de nuestra religión Mahoma, sabía contar cosas graciosas?
     Ibn Muhammad respondió:
     - Dios envió a nuestro profeta con el don de la alegría. Ya había enviado a otros mensajeros antes, que habían sufrido y hablado el lenguaje del dolor. Mahoma vino para aliviar las penas de su pueblo.
     Y una de las maneras que encontró, fue justamente enseñándoles a jugar y a divertirse. Hacía esto para mantener a sus hombres unidos en un mismo ideal y propósito. Mi padre, que conoció al Profeta, le oyó decir: "Dios odia a todos aquellos que viven con la cara triste delante de sus amigos."

Por qué contar historias
     Elie Wiesel cuenta que el gran rabino Israel Shem Tov, cuando veía que los judíos estaban siendo maltratados, se iba al bosque, encendía un fuego sagrado y hacía un rezo especial, pidiendo a Dios que protegiese a su pueblo. Y Dios enviaba un milagro.
     Más tarde, su discípulo Maggid de Mezritch, siguiendo los pasos del maestro, iba al mismo lugar del bosque y decía: "Maestro del Universo, yo no sé cómo encender el fuego sagrado, pero aún sé la plegaria especial, ¡escúchame, por favor! Y el milagro se producía.
     Una generación se sucedió y el rabino Moshe Leib de Sasov, cuando veía las persecuciones de su pueblo, se iba al bosque diciendo, "Yo no sé encender el fuego sagrado, ni conozco la plegaria especial, pero aún me acuerdo del lugar. ¡Ayúdanos, Señor!" Y el Señor ayudaba.
     Cincuenta años después, el rabino Israel de Rizhin, en su silla de ruedas, hablaba con Dios: "No sé encender el fuego sagrado, no conozco la oración y no consigo siquiera encontrar el lugar en el bosque. Todo lo que puedo hacer es contar esta historia, esperando que Dios me escuche".
     Y contar la historia fue suficiente para que el peligro se alejara. Según Wiesel, Dos creó al hombre porque Él adora las historias.

Lo que está escrito
     Un ciego mendigaba en el camino que lleva hacia La Meca cuando un piadoso musulmán se le acercó, preguntándole si la gente le daba limosna generosamente, como manda el Corán. El hombre le mostró una pequeña lata, casi vacía. Díjole entonces el visitante:
     - Déjame escribir algo en el cartel que llevas colgado del cuello.
     Horas después el visitante retornó. El mendigo estaba sorprendido, porque había recibido una cantidad enorme de dinero.
     -¿Qué es lo que ha escrito en el cartel? - preguntó.
     - Me limité a escribir: "Hoy es un hermoso día de primavera, el sol brilla y yo soy ciego".

Esto pasará
     La tradición sufi cuenta la historia de un rey que vivía rodeado de sabios. Cierta mañana mientras conversaban, el rey se mostraba más callado que de costumbre.
     -¿Qué sucede con Vuestra Majestad? - preguntó uno de los sabios.
     -Estoy confuso - respondió el rey -. A veces me dejo dominar por la tristeza, me siento impotente ante mis tareas; otras veces quedo embriagado por el poder que tengo. Me gustaría tener un talismán que me ayudase a estar en paz conmigo mismo.
     Los sabios, sorprendidos por tal pedido, pasaron varios meses confabulando y finalmente comparecieron ante el rey con un regalo:
     -Grabamos palabras mágicas en el talismán. Leedlas en voz alta siempre que estéis excesivamente confiante o excesivamente triste - le dijeron.
     El rey miró al objeto que había pedido. Era un simple anillo de oro y plata pero con una inscripción:
     "Esto pasará"

Donde está la verdad
     "Ciertos discípulos vivían preguntándome dónde está la verdad", dijo Maal-El. "Entonces, cierto día decidí señalar hacia una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando sobre él."
     "En vez de mirar hacia la dirección que señalaba, el que me hizo la pregunta comenzó a examinar mi dedo, intentando descubrir dónde estaba escondida."
     "Cuando las personas procuran un maestro, deberían estar buscando experiencias que puedan ayudarles a evitar ciertos obstáculos. Pero, lamentablemente, la realidad es otra: están usando la ley del menor esfuerzo, intentando encontrar respuestas para todo."
     "Quien acepta, sin preguntas, las verdades de su maestro, jamás encontrará su camino."

Sabiendo escuchar los insultos
     En el reino de Arabia vivía una reina llamada Layla. Su sabiduría iluminaba a la tierra como el sol, su belleza cegaba a los hombres y su riqueza era mayor que la de cualquier otro soberano.
     Cierta mañana, su principal consejero solicitó una audiencia y le comentó:
     -¡Gran reina Layla! Sois la más sabia, la más bella y la más rica mujer del mundo. Pero yo he escuchado cosas que no me gustan, ciertas personas se burlan o protestan de vuestras decisiones. ¿Por qué, a pesar de todo cuanto habéis hecho por vuestros súbitos, aún no están contentos?
     La reina sonrió y respondió:
     -Mi fiel consejero, tú sabes todo lo que he hecho por mi reino. Siete regiones están bajo mi control, y todas ellas experimentan paz y prosperidad. En todas las ciudades, las decisiones de mi corte son justas e inspiradas.
     -Yo puedo hacer casi todo lo que quiero. Puedo ordenar que se cierren las fronteras, se clausuren los portones del palacio y que el cofre del tesoro quede sellado por tiempo indefinido.
     -Pero existe una cosa que yo no puedo hacer: mandar callar al pueblo. No se trata de escuchar lo que ciertas personas dicen de falso: lo importante es continuar haciendo lo que yo considero correcto y verdadero."

 
Edición nº39