Edición nº 27
Reflexiones del Guerrero de la Luz
Pasando y sobrepasando
Un guerrero de la luz nota que ciertos
momentos se repiten.
Con frecuencia se ve ante los mismos
problemas y situaciones que ya había enfrentado.
Entonces se deprime, comienza a pensar
que es incapaz de progresar en la vida, ya que los momentos difíciles
siempre vuelven.
"Yo ya pasé por esto",
reclama a su corazón
"Realmente ya has pasado",
reponde el corazón "pero nunca has sobrepasado".
El guerrero entonces comprende que
las experiencias repetidas tienen una única finalidad: enseñarle
que todavía no ha aprendido.
Y entonces pasa a buscar una solución
diferente para cada lucha repetida, hasta que encuentra la manera
de vencerla.
Algo fuera de lo común
Un guerrero de la luz siempre hace
algo fuera de lo común. Puede bailar en la calle mientras
camina hacia el trabajo. O mirar los ojos de un desconocido y hablar
de amor a primera vista. Un guerrero de vez en cuando expone una
idea que puede parecer ridícula, pero en la que él
cree.
Los guerreros de la luz se permiten
días así.
Él no tiene miedo de llorar
antiguas penas, o de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando
siente llegado el momento, abandona todo y parte para su aventura
tan soñada. Cuando entiende que ha llegado al límite
de su resistencia, sale del combate sin culparse por haber hecho
una o dos locuras inesperadas.
Un guerrero no pasa sus días
intentando representar el papel que los otros escogieron para él.
Las pequeñas cosas
El guerrero de la luz presta atención
a las pequeñas cosas, porque esas pueden perjudicar mucho.
Un espino, por menor que sea, interrumpe
el paso del viajero. Una pequeña e invisible célula
puede destruir un organismo sano. El recuerdo de un instante de
miedo en el pasado muchas veces hace que la cobardía reaparezca
cada mañana.
Una fracción de segundo abre
la guardia para el golpe fatal del enemigo.
El guerrero está atento a las
pequeñas cosas. A veces es duro consigo mismo, pero prefiere
actuar de esa manera.
"El diablo habita en los detalles"
dice un viejo proverbio de la Tradición.
Encontrando aliados
El guerrero sabe que ningún
hombre es una isla aislada en medio del océano.
Sabe que no puede luchar solo, sea
cual fuere su plan, siempre depende de otras personas. Necesita
discutir su estrategia, pedir ayuda y - en los momentos de descanso
- tener a alguien para contar historias de combate alrededor de
la hoguera.
Pero él no deja que las personas
confundan su camaradería con inseguridad, Él es transparente
en sus acciones y discreto en sus planes.
Un guerrero de la luz danza con sus
compañeros, pero no transfiere a nadie la responsabilidad
de sus pasos.
Arriesgando más que los otros
Para el guerrero, no existe amor
imposible. Él no se deja intimidar por el silencio, por la
indiferencia o por el rechazo, Sabe que tras la máscara de
hielo que las personas usan, existe un corazón de fuego.
Por eso el guerrero arriesga más
que los otros. Busca incesantemente el amor de alguien - aunque
esto signifique escuchar muchas veces la palabra "no",
volver a la casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma.
Un guerrero no se deja asustar cuando
busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.
Aceptando los compromisos
Un guerrero de la luz es confiable.
Comete algunos errores, a veces se cree más importante de
lo que realmente es. Pero no miente.
Cuando se reune alrededor de la hoguera,
conversa con sus compañeros y compañeras. Sabe que
las palabras que salen de su boca quedan guardadas en la memoria
del Universo, como un testimonio de lo que pìensa.
Y el guerrero reflexiona "¿por
qué hablo tanto, si muchas veces no soy capaz de hacer todo
lo que digo? Esta es una reflexión importante.
El corazón responde: "cuando
defiendes públicamente tus ideas, tendrás que esforzarte
por vivir de acuerdo con ellas".
Y porque piensa que él es lo
que dice, el guerrero acaba transformándose en lo que dice
ser.
En los momentos de silencio de la vida
El guerrero sabe que, de vez en
cuando, el combate es interrumpido. No sirve de nada forzar la lucha,
es necesario tener paciencia y esperar, esperar a que las fuerzas
entren nuevamente en choque.
En el silencio del campo de batalla,
escucha las heridas de su corazón. Repara que está
tenso. Que tiene miedo.
El guerrero hace un balance de su
vida; comprueba si la espada está afilada, el corazón
satisfecho, la fe incendiando el alma. Sabe que el mantenimiento
es tan importante como la acción.
Siempre hay algo que le falta. Y el
guerrero aprovecha los momentos en que el tiempo se detiene para
equiparse mejor.
Cuando surge el mal
A veces el mal persigue al guerrero.
Entonces, con tranquilidad, lo invita a entrar en su su tienda.
El guerrero pregunta al mal: "¿quieres
herirme o usarme para herir a los otros?"
El mal finge no haber oído.
Dice que conoce las tinieblas del alma del guerrero. Penetra en
heridas no cicatrizadas y clama venganza. Recuerda que conoce algunas
trampas y venenos sutiles que ayudarán al guerrero a destruir
a todos los enemigos.
El guerrero de la luz escucha. Si
el mal se distrae, él hace que retome la conversación
y le pide detalles de todos sus proyectos.
Después de escuchar todo se
levanta y se va. El mal ha hablado tanto, está tan cansado
y tan vacío que no consigue acompañarlo.
Un guerrero presta atención
al Mal, si desea hacer el Bien.