Edición nº 22

Reflexiones del Guerrero de la Luz

Reflexiones del Guerrero de la Luz

En la medida adecuada

     El guerrero de la luz sabe reconocer a un enemigo más fuerte que él. Si aceptara sus provocaciones, caería en una trampa.
     Entonces, él usa la diplomacia para superar la difícil situación en que se encuentra. Cuando el enemigo actúa como un bebé, él hace lo mismo. Cuando lo llama para el combate, él se hace el desentendido.
     Los amigos comentan "Es un cobarde".
     Pero el guerrero no hace caso del comentario, pues sabe que toda la rabia y valor de un pájaro son inútiles delante del gato.
     En situaciones como esta, el guerrero tiene paciencia. Pronto el enemigo se alejará para provocar a otros.

En el tiempo adecuado

     Un guerrero de la luz nunca tiene prisa. El tiempo trabaja en su favor, él aprende a dominar la impaciencia, y evita gestos improvisados.
     Andando despacio, nota la firmeza de sus pasos. Sabe que participa de un momento decisivo de la historia de la humanidad, y necesita cambiarse a sí mismo antes de transformar al mundo. Por eso recuerda las palabras de Lanza del Vasto "Una revolución necesita tiempo para instalarse".
     Un guerrero de la luz nunca recoge el fruto cuando aún está verde.

En la velocidad adecuada

     Un guerrero de la luz necesita paciencia y rapidez al mismo tiempo. Los dos mayores errores de una estrategia son: o actuar antes de hora o dejar que la oportunidad pase de largo.
     Para evitar esto, el guerrero trata cada oportunidad como si fuese única y no aplica fórmulas, recetas ni opiniones ajenas.
     El califa Moauiyat preguntó a Omr Ben Al-Aas cual era el secreto de su gran habilidad política.
     "Nunca me metí en un asunto sin haber estudiado previamente la retirada y, por otro lado, nunca entré y quise enseguida salir corriendo" fue la respuesta.

En la tolerancia adecuada

     Un guerrero de la luz siempre mantiene su corazón limpio del sentimiento de odio. Cuando se dirije hacia la lucha recuerda lo que dijo Cristo: "Amad a vuestros enemigos".
     Y el guerrero obedece.
     Pero sabe que el acto de perdonar no obliga a aceptar todo. Un guerrero no puede bajar la cabeza, pues perdería de vista el horizonte de sus sueños.
     El guerrero sabe que los adversarios están allí para poner a prueba su bravura, su persistencia, su capacidad de tomar decisiones. Son una bendición, porque ellos le obligan a luchar por sus sueños.
     Es la experiencia del combate lo que fortalece al guerrero de la luz.

De la lectura adecuada

     El guerrero de la luz conoce la importancia de su intuición. En medio de la batalla, él no tiene tiempo para pensar en los golpes del enemigo. Entonces usa su instinto y obedece a su ángel.
     En los tiempos de paz, él descifra las señales que Dios le envía.
     La gente dice "está loco"
     O si no: "vive en un mundo de fantasía"
     O, también "¿Cómo puede confiar en cosas que no tienen lógica?"
     Pero el guerrero sabe que la intuición es el alfabeto de Dios, y continúa escuchando al viento y hablando con las estrellas.

De la elección adecuada

     "Si" - el guerrero escucha a alguien decir- "Necesito entender todo antes de tomar una decisión. Quiero tener la libertad de cambiar de idea.",
     El guerrero desconfía de esa frase. También él puede tener la misma libertad, pero esto no le impide asumir un compromiso, aunque no entienda exactamente por qué lo hizo.
     Un guerrero de la luz toma decisiones. Su alma es libre como las nubes en el cielo, pero él está comprometido con su sueño. En su camino libremente escogido, tiene que levantarse a horas que no le gustan, hablar con gente que no le aporta nada, hacer algunos sacrificios.
     Los amigos comentan: "Te sacrificas inútilmente, no eres libre"
     El guerrero es libre. Pero sabe que horno abierto no cocina pan.

De la renuncia adecuada

     "En cualquier actividad es preciso saber lo que se debe esperar, los medios de alcanzar el objetivo y la capacidad que tenemos para la tarea propuesta.
     "Solo puede decir que renunció a los frutos aquel que, estando así equipado, no siente ningún deseo por los resultados de la conquista y permanece absorbido en el combate.
     "Se puede renunciar al fruto, pero esta renuncia no significa indiferencia al resultado".
     El guerrero de la luz escucha con respeto la estrategia de Gandhi. Y no se deja confundir por personas que, incapaces de llegar a ningún resultado, viven predicando la renuncia.

Luchando con quien ama

     El guerrero de la luz a veces lucha con quien ama.
     Aprendió que el silencio significa el equilibrio absoluto del cuerpo, del espíritu y del alma. El hombre que preserva su unidad jamás es dominado por las tempestades de la existencia; tiene fuerzas para sobrepasar las dificultades y seguir adelante.
     Sin embargo, muchas veces se siente desafiado por aquellos a quienes procura enseñar el arte de la espada. Sus discípulos lo provocan para un combate.
     Y el guerrero muestra su capacidad con algunos golpes, arroja las armas de los alumnos a tierra y la armonía vuelve al lugar de reunión.
     "¡Por qué hacer esto, si es tan superior?" pregunta un viajero
     "Porque de esta manera, mantengo el diálogo" responde el guerrero.

 
Edición nº22