Edición nº 117
El camino del tiro con arco | Tiros certeros
De una madre a su hija
En todo el mundo no hay nadie como yo. Soy dueña de mi cuerpo, mis pensamientos, mis ideas; me pertenecen las imágenes que ven mis ojos, y tengo que saber escogerlas. Poseo mis propias fantasías, mis sueños, esperanzas y miedos. Dado que soy dueña de mí misma, tengo que conocerme íntimamente. Hay aspectos de mí que me confunden, otros que desconozco. Sin embargo, esté o no de acuerdo con todo lo que soy, esto es auténtico, y representa el momento en el que vivo.
De un obispo anglicano
Cuando era joven y libre, soñaba con cambiar el mundo. Al alcanzar la madurez, descubrí que el mundo no cambiaría, y decidí transformar mi país. Después de muchos esfuerzos, acabé dándome cuenta de que también esto era imposible. En los últimos años de mi vida, intenté cambiar a mi familia, pero ellos siguieron siendo como eran.
Ahora, en mi lecho de muerte, descubro que mi verdadera misión consistía en cambiarme a mí mismo. Si lo hubiera hecho, sería capaz de haber cambiado a mi familia. Entonces, con un poco de suerte, este cambio habría afectado a mi país y, quién sabe, quizá al mundo entero.
Midrach Rabba sobre el Eclesiastés
Cuando el hombre viene al mundo, tiene las manos siempre cerradas, como si estuviera intentando decir: el mundo entero es mío, y conseguiré agarrarlo.
Cuando el hombre se va del mundo, tiene las manos siempre abiertas, como si estuviera intentando decir: no tengo nada en mi poder, lo único que puedo llevarme son mis recuerdos, lo único que puedo dejar son mis ejemplos.
Kahlil Gibran para Mary Haskell
Los dos estamos intentando alcanzar los límites de nuestra existencia. Los grandes poetas del pasado siempre se entregaban a la vida. Ellos no buscaban algo en concreto, ni intentaban revelar secretos: simplemente dejaban que sus almas fuesen arrebatadas por las emociones. La gente siempre busca seguridad, y a veces la encuentra: pero la seguridad es un fin en sí mismo, y la Vida no tiene fin. Los poetas no son aquéllos que escriben poesía, sino todos los que tienen el corazón lleno del espíritu sagrado del Amor.
Epicteto para sus discípulos
Dos cosas pueden suceder cuando nos encontramos con alguien: o bien nos hacemos amigos, o bien intentamos convencer a esa persona para que acepte nuestras convicciones. Lo mismo sucede cuando la brasa encuentra otro trozo de carbón: o bien comparte su fuego con él, o bien es sofocada por su tamaño, y termina extinguiéndose.
Como por lo general nos sentimos inseguros en el primer contacto, nos protegemos con la indiferencia, la arrogancia, o la excesiva humildad. El resultado es que dejamos de ser quienes somos, y las cosas pasan a estar orientadas a un extraño mundo que no nos pertenece.
Kandinsky sobre sus cuadros
Pintar es un arte. Es un arte y un poder que debe estar orientado al crecimiento del alma. Si el arte no cumple esta función, permanecerá sin puente el abismo que nos separa de Dios.
El artista debe su talento a Dios, y tiene que saldar esa deuda. Para ello, tiene que trabajar duro, saber que es libre en su arte, pero no en su compromiso con la vida. Todo lo que siente y piensa forma parte de la materia prima con la que mejorará la atmósfera espiritual que lo envuelve.
La belleza, sea en el arte, sea en una mujer, no puede ser vacía. Tiene que estar al servicio del hombre y del mundo.